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Torre de Babel Ediciones

Religión órfica – Filosofía Griega – Presocráticos – Sofistas – Sócrates

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA – VOCABULARIO FILOSÓFICO

PRESOCRÁTICOS

Biografías   –  Ejercicios  –  Textos

Conceptos fundamentales explicados

Religión Órfica

En el siglo VI. a. C., y compitiendo con la etapa de ilustración que en ese mismo siglo comienza a extenderse por Grecia, tiene lugar otro movimiento contrario: los Misterios Órficos. La religión órfica aparece en Grecia entre los siglos VI y II a.C., es de influencia oriental, y fue predicada por Orfeo (un músico Tracio). Este movimiento reivindicó la revelación frente a la razón y fomentó la idea de pecado y culpa.

El orfismo es un movimiento de reforma religiosa que se inicia en el seno de la religión de Dionisios. La teología órfica tiene una parte que explica la genealogía de los dioses y los hombres que no se diferencia en lo esencial de la Teogonía de Hesíodo; la parte con más influencia histórica se refiere sin embargo a su doctrina del alma pues presenta con claridad la idea del alma como algo distinto del cuerpo e inmortal, la oposición hostil entre alma y cuerpo y la conciencia de pecado. Su visión pesimista es claramente contraria a la vitalidad griega.
Brevemente, el mito básico propuesto por el orfismo dice lo siguiente: Dionisios, de niño, es destrozado y devorado por los Titanes. Atenea sólo salvó su corazón, Zeus se lo traga y después engendra de nuevo a Dionisios. Zeus destruye a los Titanes con el rayo y de sus cenizas surge el género humano.

El dualismo antropológico y la propuesta moral que defiende se articula precisamente a partir del mito: el hombre consta de dos elementos, el elemento divino o alma, relacionado con Dionisios, y el elemento titánico o cuerpo relacionado con los Titanes. El primero es el principio del bien, divino e inmortal y que hay que cuidar; el segundo el principio del mal, mortal y que es preciso despreciar. Tras un ciclo de nacimientos y reencarnaciones, el alma vuelve a la divinidad. Su propuesta moral es la liberación en esta vida de la cárcel del cuerpo, de la carne y las pasiones. La palabra carne hace referencia al cuerpo humano en oposición al alma; esta palabra la encontraremos después con este mismo uso en San Pablo y la Iglesia Cristiana. Como en el cristianismo, la religión órfica propone sacrificios y plegarias para expiar las culpas de los vivos y de los muertos y así evitar los castigos en el Hades. La vida ascética y de purificación busca liberar lo divino en el hombre y consiste en técnicas que van desde algo inaudito en la vida del pueblo griego como es el vegetarianismo hasta diversas formas de disciplina espiritual. También como el cristianismo, defienden una cierta escatología (profetizan la llegada de un nuevo Dionisios destinado a restaurar la plenitud de los orígenes).

El orfismo influyó en los neopitagóricos, Platón y en el cristianismo.

TEXTOS PRESOCRÁTICOS-SOFISTAS-SÓCRATES

Una de las tesis más características de la religión órfica fue su defensa de la transmigración de las almas, que están condenadas a encarnarse hasta que alcancen la purificación y perfección. En el siguiente texto, Platón nos cuenta el juicio al que se somete el alma tras la muerte del cuerpo.

Dijo que cuando su alma salió del cuerpo, anduvo caminando con una gran multitud, y que llegaron a una misteriosa región en la que había dos aberturas, una al lado de otra en la tierra, y, por encima de éstas y frente a ellas, otras dos en el cielo, y que en medio había sentados unos jueces que sentenciaban en cada juicio que los buenos marcharan a la derecha y por la abertura del cielo con la sentencia que sobre ellos había recaído escrita en la frente, y que los injustos seguían el camino hacia la izquierda y abajo, llevando también ellos las señales de la suerte que les había cabido…
Dijo también que había visto cómo por cada una de las aberturas del cielo y de la tierra penetraban las almas después de haber sido juzgadas, mientras que por el otro par de aberturas salían, por la de la tierra, las almas cargadas de palidez y polvo, y que de la segunda, procedentes del cielo, salía una segunda procesión de almas limpias y puras, y que las que de tiempo en tiempo iban llegando parecían haber hecho un largo viaje, y que alegremente se dirigían a una pradera donde acampaban como para celebrar una fiesta, saludándose unas a otras, mientras que las que habían salido de la tierra preguntaban a las otras cómo se estaba allí, y las que procedían del cielo, a su vez, preguntaban también cómo les había ido a las otras. Y unas a otras se contaban sus respectivas historias, con llantos y lamentos las unas, al recordar sus muchos y terribles sufrimientos y cuanto habían visto bajo tierra durante aquel viaje que duraba mil años, mientras que las del cielo hablaban de sus delicias y visiones de una belleza que no pueden expresar las palabras…
(…) por todo el mal que a otros habían hecho y por todo el daño que habían causado se les había impuesto una pena diez veces mayor, y la medida que se aplicaba era por períodos de cien años, de forma que en el supuesto de que ésta fuera la duración de la vida humana, el castigo equivalía a diez veces el crimen…

Platón, República X , 614 b
(En Mircea Eliade. Historia de las creencias y de las ideas religiosas, tomo IV. Ediciones Cristiandad)

© Javier Echegoyen Olleta
Edición en papel:
Historia de la Filosofía. Volumen 1: Filosofía Griega. Editorial Edinumen
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