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Torre de Babel Ediciones

Ortega y Gasset – Filosofía Contemporánea – Filosofía española – Raciovitalismo – Idealismo

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA – VOCABULARIO FILOSÓFICO

ORTEGA Y GASSET

EjerciciosTextosResumen mínimo de su pensamiento

Introducción al pensamiento de Ortega y Gasset – Influencias y repercusiones

Conceptos fundamentales explicados

image  París – 1938

Idealismo

Teoría filosófica característica de la modernidad. Su tesis básica consiste en afirmar que el mundo es una construcción de la subjetividad, no es una realidad independiente sino una consecuencia de la actividad pensante del sujeto.

Ortega no rechaza completamente esta tesis sino que la integra en su filosofía y la supera. Como dice frecuentemente, en los temas del espíritu toda superación no es supresión sino asimilación.

En cuanto a su origen histórico, Ortega señala que esta teoría no se encuentra en la filosofía antigua y medieval, que, como el sentido común, es realista. Para la filosofía premoderna el mundo exterior era un dato indudable. Los filósofos de aquella época podían disentir en cuanto a qué realidad exterior era la fundamental, pero todos ellos creyeron que el mundo estaba ahí, independientemente de si nosotros lo conocemos o no. Descartes, el filósofo que inicia la modernidad, encuentra que el mundo exterior (los cuerpos y las otras personas) es dudable, y el mundo de la mente propia la realidad indubitable. Descartes no es aún idealista pero su reivindicación de la subjetividad como el ámbito de la evidencia condujo al idealismo.

En «¿Qué es filosofía?» Ortega se pregunta por las raíces del descubrimiento moderno de la subjetividad, y encuentra dos: el escepticismo griego, al que sólo su mentalidad griega, esencialmente realista, le impidió el descubrimiento de la subjetividad, y el cristianismo. La responsabilidad del cristianismo es paradójica pues por una parte el cristiano es antimoderno, pero por otra, nos dice Ortega, «la modernidad es un fruto maduro de la idea de Dios». Los griegos no alcanzaron la idea de Dios como algo trascendente al mundo. Creyeron en dios, pero se lo representaron de un modo muy semejante a las cosas. Sin embargo el Dios cristiano es trascendente, su modo de ser es radicalmente distinto a cualquier otra cosa del Universo. Pero a la vez que separa absolutamente a Dios del mundo, el cristiano exige que tengamos trato con Dios. ¿Cómo es esto posible? No desde luego con el mundo, que es visto más bien como un estorbo para aproximarse a Dios y una pura nada; es preciso separarse de todo lo terreno, material y situarse en lo más profundo de nuestro ser. Como el escepticismo, aunque por razones distintas, el cristianismo acaba negando el mundo exterior, pero el cristianismo, a diferencia del escepticismo griego, consigue con esa negación del mundo descubrir un nuevo ámbito de realidad, el de su propia intimidad, su alma en su soledad, y en ella, la posibilidad del trato con Dios. «El cristianismo es el descubridor de la soledad como substancia del alma». No es extraño que San Agustín, el filósofo cristiano que defiende con más fuerza esta tesis del recogimiento y la intimidad del alma consigo misma para acceder a Dios, haya presentado también la tesis cartesiana del dudar como dato indudable.
Con el idealismo la filosofía pierde el mundo exterior, lo convierte en mera representación, en mero contenido mental, y a la vez descubre la realidad primordial de la conciencia, de la subjetividad. Ortega considera que estas tesis idealistas forman la médula de la modernidad. La filosofía no puede retroceder a posiciones anteriores al idealismo, ya no nos es posible el ingenuo realismo premoderno; pero tampoco podremos aceptar las tesis idealistas en su integridad. Es preciso ir más allá del idealismo:  «En la tesis idealista, el yo, el sujeto, se traga el mundo exterior. El yo se ha hinchado ingurgitando el Universo. El yo idealista es un tumor: nosotros necesitamos operar una punción de ese tumor.» («¿Qué es filosofía?», IX).

Ver dioses conjuntossuperación del idealismo.

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TEXTOS DE ORTEGA Y GASSET

Ortega y Gasset rechaza el realismo de la filosofía pre-moderna, pero no para aceptar todas las tesis características del idealismo moderno.

La existencia de las cosas como existencia independiente de mí es problemática, por consiguiente, abandonamos la tesis realista de los antiguos. Es, en cambio, indudable que yo pienso las cosas, que xiste mi pensamiento y que, por tanto, la existencia de las cosas es dependiente de mí, es mi pensarlas; esta es la porción firme de la teis idealista. Por eso la aceptamos pero, para aceptarla, queremos entenderla bien y nos preguntamos: ¿en qué sentido y modo dependen de mí las cosas cuando las pienso―qué son las cosas, ellas, cuando digo que son sólo pensamientos míos? El idealismo responde: las cosa dependen de mí, son pensamientos en el sentido de que son contenidos de mi conciencia, de mi pensar, estados de mi yo. Esta es la segunda parte de la tesis idealista y esta es la que no aceptamos.

José Ortega y Gasset, ¿Qué es filosofía? Lección X
Obras Completas, vol. VII, Alianza Editorial)

© Javier Echegoyen Olleta
Edición en papel:
Historia de la Filosofía. Volumen 3: Filosofía Contemporánea. Editorial Edinumen.
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