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Torre de Babel Ediciones

Santo Tomás de Aquino – Filosofía Medieval y Cristiana – Alma

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA- VOCABULARIO FILOSÓFICO

SANTO TOMÁS

Ejercicios  –  Textos  –  Resumen de su pensamiento

Influencias y repercusiones

Conceptos fundamentales explicados

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Alma

Aquello gracias a lo cual los seres vivos pueden realizar las distintas actividades vitales que les corresponden en función de su naturaleza.

Las siguientes definiciones que presenta Santo Tomás nos muestran la clara influencia de Aristóteles, tanto en su comprensión de la esencia del alma como en los conceptos que utiliza para caracterizarla:

  • principio de vida;
  • forma de un cuerpo físico que tiene vida en potencia;
  • acto primero del cuerpo natural organizado que tiene vida en potencia;
  • principio por el que vivimos, sentimos, nos movemos y comprendemos.

La ciencia actual cree posible explicar la aparición de actividades vitales en los seres vivos a partir de la materia organizada; frente a este punto de vista la tradición aristotélico-tomista defiende la existencia de un principio o realidad no físico («metafísico») para entender el conjunto de actividades vitales. Pero Tomás de Aquino no separa tan radicalmente el alma del cuerpo como lo hizo la concepción platónica pues considera que el cuerpo y el alma son principios que se necesitan mutuamente: los conceptos acto/potencia, forma/materia (que son los conceptos utilizados para comprender el alma y el cuerpo) se exigen mutuamente, el acto lo es de algo que está en potencia, la forma es forma de algo que es materia. El alma es el acto del cuerpo, aquello que le da a éste la perfección: como el ojo tiene en potencia la capacidad de ver y el ver es su acto o perfección, ciertos cuerpos tienen en potencia la vida, tienden a realizar actividades vitales (crecer, percibir, sentir, …) y el alma es lo que les permite actualizar o hacer reales dichas capacidades. En los seres vivos la substancia es el individuo compuesto de cuerpo y alma, no es ni el cuerpo solo ni el alma sola. El alma es la forma de los seres vivos porque es lo que les da realidad plena y les capacita para las operaciones propias del ser viviente.
Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás considerará que hay tantos tipos de almas como tipos generales de actividades vitales: en las plantas el alma vegetativa, en los animales el alma sensitiva y en los hombres el alma intelectiva. En este punto conviene tener cuidado pues en los animales encontramos funciones vitales correspondientes al alma sensitiva (apetitos inferiores, sensación y locomoción) y al alma vegetativa (nutrición, crecimiento y reproducción), y en el hombre funciones vitales correspondientes al alma intelectiva, al alma sensitiva y al alma vegetativa, pero no porque en los animales encontremos dos almas (la vegetativa y la sensitiva) y en el hombre tres (la intelectiva, vegetativa y sensitiva). Dado que un ser posee unidad a partir de su forma, si en el animal hubiese dos almas (dos formas) en el animal habría dos seres, y si en el hombre hubiese tres almas habría tres seres en cada individuo, cosa que evidentemente no ocurre. Tomás de Aquino resuelve esta cuestión indicando que en el animal hay un alma capaz de las funciones que tiene como más propias (sensación y apetitos inferiores, por ejemplo) pero también de las funciones inferiores o vegetativas, y en el hombre un alma (la intelectiva) que faculta o capacita a cada persona para tener las formas de vida más elevadas (intelecto y voluntad) pero también las inferiores (sensitivas y vegetativas).
Como ya había hecho Aristóteles, compara las diversas almas a las especies de figuras, en las cuales unas contienen a otras, como el pentágono contiene al cuadrilátero y le excede. Así, pues, el alma intelectiva contiene virtualmente cuanto hay en el alma sensitiva de los irracionales y en la vegetativa de las plantas. Por consiguiente, así como una superficie pentagonal no tiene una figura de cuadrilátero y otra de pentágono, ya que la primera sería superflua al estar contenida en el pentágono, así tampoco Sócrates es hombre en virtud de un alma y animal en virtud de otra, sino por razón de una sola y la misma.

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Ver  «alma» en el Diccionario filosófico de Voltaire y en el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano

Santo Tomás – Esquema de su pensamiento – Resumen de la filosofía tomista para la preparación de la PAU (prueba de acceso a la universidad)

imageTEXTOS DE SANTO TOMÁS

Santo Tomás presenta en este texto de su obra Suma Teológica la naturaleza general del alma, no sólo la humana, en clara fidelidad al pensamiento aristotélico: el alma como principio de vida.

Para analizar la naturaleza del alma, es necesario tener presente el presupuesto según el cual se dice que el alma es el primer principio vital en aquello que vive entre nosotros, pues llamamos animados a los vivientes, e inanimados a los no vivientes. La vida se manifiesta, sobre todo, en una doble acción: La del conocimiento y la del movimiento. El principio de tales acciones fue colocado por los antiguos filósofos, que eran incapaces de ir más allá de la fantasía, en algún cuerpo, ya que decían que sólo los cuerpos eran algo, y lo que no es cuerpo es nada. Así, sostenían que el alma era algún cuerpo. Aun cuando la falsedad de esta opinión puede ser demostrada con muchas razones, sin embargo, tan sólo mencionaremos una por la que, de un modo más general y seguro, resulta evidente que el alma no es cuerpo. Es evidente que no cualquier principio de operación vital es alma. Pues, de ser así, el ojo sería alma, ya que es principio de visión. Lo mismo puede decirse de los otros instrumentos del alma. Pero decimos que el primer principio vital es el alma. Aunque algún cuerpo pueda ser un determinado principio vital, como en el animal su principio vital es el corazón. Sin embargo, un determinado cuerpo no puede ser el primer principio vital. Ya que es evidente que ser principio vital, o ser viviente, no le corresponde al cuerpo por ser cuerpo. De ser así, todo cuerpo sería viviente o principio vital. Así, pues, a algún cuerpo le corresponde ser viviente o principio vital en cuanto que es tal cuerpo. Pero es tal cuerpo en acto por la presencia de algún principio que constituye su acto. Por lo tanto, el alma, primer principio vital, no es el cuerpo, sino, el acto del cuerpo. Sucede como con el calor, principio de calefacción, que no es cuerpo, sino un determinado acto del cuerpo.

Santo Tomás, Suma Teológica I, cuestión 75, artículo 1

Edición en papel:
Historia de la Filosofía. Volumen 2: Filosofía Medieval y Moderna.
Javier Echegoyen Olleta. Editorial Edinumen.
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