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Torre de Babel Ediciones

La filosofía en la India. Historia de la Filosofía de Zeferino González.

Historia de la Filosofía –Tomo I – LA FILOSOFÍA DE LOS PUEBLOS ORIENTALES

§ 5 – LA FILOSOFÍA EN LA INDIA

Las provincias meridionales y occidentales del Asia, que, según las tradiciones bíblicas, presenciaron la creación primera del hombre, y la segunda creación o dispersión postdiluviana del género humano, fueron también testigos de las primeras evoluciones filosóficas, por lo mismo que fueron teatro de las primeras civilizaciones. Porque toda civilización entraña una Filosofía, bien así como toda concepción religiosa entraña una civilización en armonía con la religión que le sirve de base y norma fundamental. De aquí la existencia, desarrollo y caracteres de lo que pudiéramos llamar Filosofía oriental, y también Filosofía prehistórico-griega, en relación y armonía con la existencia, desarrollo y caracteres de las religiones varias que aparecen de una manera, ya sucesiva, ya simultánea, en diferentes regiones del Asia y del África.

La India, el Irán, la China, el Egipto, la Palestina, que fueron teatro y asiento de varias religiones y civilizaciones, fuéronlo también de diferentes concepciones y sistemas filosóficos, que constituyen los antecedentes históricos de la filosofía griega.

El Brahmanismo y el Mazdeismo representan las dos concepciones religiosas conocidas como más antiguas, abstracción hecha de la revelación por Dios al primer hombre. Entre los modernos orientalistas se halla bastante generalizada la opinión de que el Mazdeismo, no sólo es posterior al Brahmanismo, sino que debe su origen y su ser a una reacción contra éste, y que representa el movimiento y propagación de la raza aria hacia el Occidente, mientras las tribus brahmánicas se dirigían a las provincias meridionales del Asia y se estacionaban en la India. Sea de esto lo que quiera, es lo cierto que la India sirvió de teatro a los primeros sistemas y trabajos propiamente filosóficos, sistemas y trabajos formados y desarrollados, primero bajo las inspiraciones y al calor de los libros sagrados, y que más adelante se emanciparon más o menos de esta dirección.

 

  

   La Filosofía de la India puede dividirse, por lo tanto, en Filosofía religiosa, que es la contenida en los libros tenidos por sagrados en la India, y Filosofía racional, que es la que debe su origen a la especulación científica, sin perjuicio de ser ortodoxa o heterodoxa, según que entraña o no conformidad con el contenido de los libros indicados.

 

Los libros tenidos por sagrados, y que contienen la Filosofía que hemos apellidado religiosa, son los siguientes:

a) Los cuatro Vedas, o sea el Rig-Veda, el Yadjur-Veda, el Sama-Veda y el Atharva-Veda. Contienen, entre otras cosas, ciertos poemas metafísicos, llamados upanichadas. Los partidarios del brahmanismo suponen que el contenido original de dichos libros fue revelado por Brahma, conservándose por tradición hasta que fueron coleccionados y ordenados por Vyasa, nombre que, según Colebrooke, quiere decir compilador, aunque algunos lo consideran como nombre propio.

b) Atribuyese al mismo autor la colección, o, mejor dicho, la composición de los Puranas o poemas, en número de diez y ocho, destinados a narrar los diferentes hechos, transformaciones y encarnaciones de la teogonía índica. La colección o conjunto de estos diez y ocho Puranas o poemas (Vichnu-purana, o poema de Vichna, Bhagavatha-purana, poema de Krichna, etc.), forma un quinto Veda

c) Atribuyese al mismo autor el Mahabaratha, especie de poema épico en que se narran las guerras que tuvieron lugar entre los Pandos y los Kurus, y en el cual se halla también el famoso episodio denominado Bhagavat-gita, o sea el canto de Bhagavan o Krichna, una de las encarnaciones de Vichnu. El otro gran poema épico, titulado Ramayana, es debido a Valmiki.

d) La colección de las leyes de Manú, o sea Manavadharma-sastra, forma la cuarta clase o serie de los libros considerados como sagrados por los pueblos de la India, y constituyen lo que se pudiera apellidar la biblia del Brahmanismo.

§ 6 – LA FILOSOFÍA ESPECULATIVO-RELIGIOSA EN LA INDIA

La doctrina metafísica y cosmológica contenida en los libros canónicos del Brahmanismo, puede resumirse y condensarse en los puntos siguientes:

1.º En el principio y desde la eternidad, antes de todo tiempo, de todo mundo y de toda creación, no había ni ser ni no ser en las cosas: «Todo era abismo y tinieblas, y la muerte no existía, ni la vida tampoco (1).» Sólo existía Brahm, el ser absoluto, infinito, único existente en sí y por sí, que en las profundidades de su ser encierra la inteligencia (Brahmâ), o espíritu divino, y la materia (Mâyâ), las cuales dieron origen al mundo. Brahmâ y Mâvâ, o sea el espíritu y la materia, aunque identificados con Brahm substancialmente, inician y representan en éste el deseo de salir de su profundidad tenebrosa y manifestarse por medio de la creación del mundo, o, mejor dicho, por medio de la emanación y evolución de su propia substancia. En otros términos: Brahmâ es Brahm como inteligencia o espíritu, y Mâvâ es el mismo Brahm como materia o fondo substancial común de las cosas.

2.º Por lo que hace al proceso primitivo de estas manifestaciones de Brahm o del ser absoluto, he aquí cómo se expone en el libro de las leyes de Manú: «Este mundo estaba sumergido en la oscuridad, imperceptible, privado de todo atributo, no pudiendo ni ser reconocido por el raciocinio ni revelarse; parecía entregado completamente al sueño. Entonces apareció el Señor que existe por sí mismo, y disipó la oscuridad, es decir, desenvolvió la Naturaleza. Habiendo resuelto en su espíritu o pensamiento sacar de su propia substancia las criaturas, produjo ante todo las aguas, en las cuales depositó un germen. Este germen se convirtió en un huevo brillante como el oro, y de él nació el mismo Ser Supremo bajo la forma de Brahmâ, el abuelo de todos los seres. Las aguas fueron llamadas Nârâs, porque fueron la producción de Nara (el espíritu divino), y como estas aguas fueron el primer lugar del movimiento de Nara, o sea del espíritu divino, por eso éste ha sido apellidado Nârâyana, es decir, el que se mueve sobre las aguas (2). Por el que es, por la causa imperceptible, eterna, que existe realmente, pero no existe para los órganos, fue producido este varón divino, célebre en el mundo bajo el nombre de Brahmâ. Después de permanecer dentro de este huevo por espacio de un año divino, el Señor, mediante su solo pensamiento, lo dividió en dos partes, con las cuales formó el cielo y la tierra.»

3.º Así, pues, Brahmâ y Maya, primeras manifestaciones, o mejor dicho, doble fase de Brahm, el ser único y absoluto, constituyen la realidad del Universo con todos sus seres, cuya substancia y realidad son idénticas en el fondo con la substancia y realidad de Brahm, el Ser Supremo, el espíritu divino, el alma universal, fuera de la cual nada hay sino ilusión y pluralidad aparente (3). La distribución y pluralidad de los seres son «meras transformaciones de las cualidades de Maya, que se presenta como múltiple», o sea, fases de la grande ilusión, porque «el universo entero es el mismo Bhagavat, o espíritu supremo, multiplicado por Mâjâ», según se expresa el Bhagavata-purana, o poema de Krichna.

4.º Como se ve por lo dicho, la Filosofía Brahmánica se reduce a un panteísmo, que se presenta unas veces como emanatista y otras como idealista. La creación que enseña esta Filosofía es una verdadera evolución de la substancia única, que nada tiene de común con la creación de la Biblia y del Cristianismo. Lo mismo puede decirse de la famosa trinidad o Trimurti del Brahmanismo, pues la verdad es que Brahma, Vischnu y Çiva, el Dios creador, el Dios conservador y el Dios destructor del universo, son tres aspectos, formas o potencias del mismo Dios. Aquí no hay tres hipostasis o personas iguales y distintas entre sí, como en la Trinidad cristiana, sino tres formas o manifestaciones de un mismo ser. El Bhagavata-purana pone en boca de esta Trimurti las siguientes palabras: «Sabed que no hay distinción real entre nosotros (Brahma, Vichnu y Çiva); lo que se os figura tal, es sólo aparente. El Ser único aparece bajo tres formas, mediante las acciones de creación, conservación y destrucción; pero es uno solo. Dirigir su culto a una de estas formas, es dirigirlo a tres, o sea a un solo Dios supremo.»» Esta concepción trinitaria admite término de comparación con la trinidad sabeliana, pero no con la del Concilio de Nicea, ni menos con la del Symbolum S. Athanasii

5.º El mundo que, como se ha visto, no es más que una emanación del ser absoluto o de Brahm, vuelve a entrar en éste al cabo de ciclos mayores o menores. El universo y sus seres que comenzaron a existir por evolución, dejan de existir como tales por una especie de involución o reversión a Brahm, para salir otra vez de su fondo; de manera que la serie de mundos que nacen y mueren sucesivamente, responde a la serie de evoluciones e involuciones del ser absoluto y único, representan la vigilia y el sueño de Brahm, el velar y el dormir de Dios. «Cuando Dios despierta, se dice en el libro de Manú, este universo realiza al punto sus actos; si se duerme, sumergido el espíritu en profundo reposo, entonces el mundo se disuelve. De esta suerte, el ser inmutable hace revivir o morir alternativamente este conjunto o colección de criaturas por medio del despertar y del reposo.»

§ 7 – FILOSOFÍA PRÁCTICO-RELIGIOSA DE LA INDIA

1.º El fin último y la perfección suprema del alma humana consiste en su deificación, es decir, en su unión íntima e identificativa con Brahm. El camino para llegar a esta absorción en Dios es separarse más y más de las condiciones y exigencias del cuerpo y de los sentidos, apagando y destruyendo sus ardores, matando la actividad de la vida en todas sus manifestaciones, hasta despojarse y perder el sentimiento del yo y del mundo. Las prácticas morales, la mortificación absoluta y el ascetismo más rígido, son los medios para merecer y alcanzar esta identificación y absorción en Dios después de la muerte.

2.º Este es el medio también y el camino único para librarse, no ya sólo de las vicisitudes de la vida presente y de las ilusiones del error, si que también de las transmigraciones sucesivas del alma a través de diferentes cuerpos, en relación con la bondad o malicia de sus acciones en la incorporación anterior.

La cesación de estas transmigraciones por medio de la unión íntima con Brahm, o ser absoluto, constituye el fin último, la perfección suprema y el destino verdadero del hombre, el cual debe consumir en sí las manifestaciones de la vida, hasta perder en lo posible el sentimiento de sí mismo y su propia personalidad. En suma: la perfección suprema y el destino final del hombre consiste en librarse de la necesidad fatal de la trasmigración, por medio de la absorción o unión identificativa con Dios.

3.º Las almas de los que mueren sin estar suficientemente preparados para la absorción en Dios, caen en poder de Yama, o Dios de los muertos, y de los espíritus infernales, el cual, después de castigarlas más o menos en relación con sus culpas, las entrega al Dios de los destinos futuros (Sani), cuya misión es preparar a dichas almas los instrumentos o cuerpos de su nueva trasmigración.

4.º Los hombres, aunque iguales en la forma exterior del cuerpo, no lo son por parte de su origen, naturaleza y dignidad, pues se dividen en cuatro clases o castas: a) la sacerdotal o los brahmanes, que salieron de la cabeza de Brahmá; b) la militar o los kchatriyas, nacidos del pecho de Brahmâ; c) la casta comerciante, o sea los vaicyas, oriundos del vientre de Brahmâ; d) y finalmente, los siervos o çudras, que deben su origen a los pies de la divinidad brahmánica. Los derechos y deberes de estas cuatro castas están en relación con su nobleza y dignidad. Según el código de Manú, pertenece a los brahmanes «el estudio y la enseñanza de los Vedas, la ejecución de los sacrificios propios y la dirección de los ofrecidos por otros, el derecho de dar y el de recibir». El deber de la casta segunda o militar, es «proteger al pueblo, ejercer la caridad, sacrificar, leer los libros sagrados y no entregarse a los placeres de los sentidos. Cuidar los animales, dar limosna, estudiar los libros santos, trabajar la tierra, son las funciones que corresponden al vaicya. Mas el Señor supremo señaló a los çudras un solo oficio, que es el servir a las tres clases anteriores».

§ 8 – LA FILOSOFÍA ESPECULATIVA EN LA INDIA.- ESCUELAS ORTODOXAS

Al lado y en pos de la Filosofía religiosa y puramente tradicional de la India, apareció, como era natural, un movimiento más o menos racional y científico, relacionado con las ideas contenidas en los libros tenidos por sagrados. Este movimiento, que dio origen a toda clase de sistemas, teorías y tendencias doctrinales, hállase caracterizado por dos direcciones fundamentales, pues mientras algunos de esos sistemas filosóficos proceden con entera independencia de la idea tradicional y se atienen únicamente a la razón individual, entrañan y conservan otros conformidad y armonía con la doctrina y enseñanzas de los libros canónicos o sagrados.

Pertenecen a esta última clase, y constituyen por consiguiente las escuelas ortodoxas de la Filosofía india, las que llevan el nombre de Mimansa y de Vedanta

 

  La primera, o sea la escuela Mimansa, cuya fundación y origen se atribuyen a Djaimini, tiene por objeto preferente la exposición y enseñanza de los deberes morales del hombre, en conformidad a lo que se prescribe y enseña en los Vedas, pudiendo decirse que ordena y dirige a este fin su doctrina y especulaciones lógicas y dialécticas. Colebrooke observa con razón que la escuela Mimansa enseña el arte del raciocinio, con la intención explícita de facilitar la interpretación de los Vedas

La segunda, o sea la escuela Vedanta, conviene con la primera en cuanto a ortodoxia védica. Si en algo se distingue de ella, es en que mientras la Mimansa se ocupa con preferencia en las cuestiones y teorías dialécticas, la escuela Vedanta concede mayor importancia y atención a las cuestiones psicológicas. Dícese que su fundador fue Vyasa, y el citado Colebrooke escribe, hablando de ella, que «deduce del texto de las escrituras indias una psicología refinada, que llega hasta negar la existencia del mundo material».

No se crea por esto que la escuela Vedanta excluye ni atenúa siquiera el error panteísta, que constituye el fondo y la esencia de la doctrina védica. Para la Filosofía Vedanta «nada existe más que Dios solo». En este como en otros pasajes, se descubre la idea fundamental de esta escuela, que no es otra que conservar y hasta extremar el contenido de la enseñanza religiosa. Conviene advertir aquí que aunque Vyasa, compilador de los Vedas, es apellidado o considerado generalmente como autor de la Filosofía Vedanta, esta opinión no parece muy fundada, toda vez que en los libros y aforismos de esta Filosofía Vedanta se encuentra la refutación de la mayor parte de las doctrinas heterodoxas contenidas en los sistemas independientes en que vamos a ocuparnos.

§ 9 – LA FILOSOFÍA INDEPENDIENTE Y SEPARATISTA DE LA INDIA

Enfrente de la Filosofía Mimansa y de la Vedanta, aparecieron en la India otros sistemas filosóficos, que, lejos de cuidarse, como aquellos, de armonizar sus conclusiones y teorías con la doctrina y las tradiciones védicas, afectaron seguir y siguieron un movimiento independiente y más o menos separatista. Todos ellos pueden reducirse a cuatro direcciones o escuelas principales, que son las siguientes:

A) La escuela Nyaya, cuyo autor o fundador fue Gotama. Lo que caracteriza principalmente la Filosofía Nyaya, es su importancia lógica y su teoría psicológica. Gotama puede ser considerado como el Aristóteles de la India, en atención a sus trabajos y especulaciones sobre los términos, las ideas, las categorías y las argumentaciones o modos de demostrar. A ejemplo de Aristóteles, reduce los conceptos a ciertas ideas o categorías fundamentales, que son para el filósofo indio la substancia, la cualidad, la relación, lo general, lo propio o específico y la acción. La inducción y una especie de silogismo, si no idéntico, al menos parecido al de Aristóteles, representan los principales medios de investigación y demostración de la verdad.

La teoría psicológica contenida en el sistema Nyaya es espiritualista, y muy superior a la que encontraremos en otros sistemas de la India. Así se desprende, al menos, de los términos en que se expresa el ya citado Golebrooke, al exponer o resumir la psicología de Gotama. Según éste, «el alma es enteramente distinta del cuerpo: aunque es infinita en su principio, es al propio tiempo una substancia especial, diferente en cada individuo». Posee esta alma atributos especiales, como son el conocimiento, la voluntad, el deseo, atributos que no convienen a todas las substancias y que constituyen una existencia especial para el ser que los posee.

Téngase presente, sin embargo, que este espiritualismo psicológico de la escuela Nyaya lleva en su seno el principio panteísta que se halla en el fondo de la Filosofía india. Para esta escuela, el alma humana, el alma pequeña (djivatma), es idéntica en el fondo y en realidad con el alma divina y universal, principio cósmico de todas las cosas.

B) La escuela Vaisechika, cuyo origen y desarrollo se atribuyen a Kanada. Es esta una escuela esencialmente atomística, pero con el atomismo de Demócrito y no con el de Epicuro y Lucrecio. Kanada, lejos de negar la existencia de Dios, como estos últimos, afirma que de Dios emanan los átomos que constituyen las cosas. Por otra parte, los átomos del filósofo indio no poseen sólo movimiento y solidez, como los de Epicuro, sino que algunos de ellos son átomos dotados de vida y pensamiento.

C) La escuela Yoga, cuyo fundador y principal representante es Patandjali, es una escuela esencialmente mística, y entraña, por lo mismo, las tendencias y afirmaciones que caracterizan generalmente los misticismos paganos. El yoguismo, en efecto, no solamente prefiere y antepone la contemplación a la ciencia, la inacción extática a las obras, sino que aspira y se lisonjea de alcanzar por estos medios un poder prodigioso y mágico sobre la naturaleza. «Este poder, escribe Colebrooke, consiste en la facultad de tomar toda clase de formas, ya una forma tan pequeña y sutil que puede atravesar toda clase de cuerpos; ya una forma o magnitud tan gigantesca que puede llegar hasta el disco del sol y tocar la luna con la punta del dedo. Por medio de esta fuerza se puede ver en el interior de la tierra y del agua, cambiar el curso de la naturaleza y obrar sobre las cosas inanimadas lo mismo que sobre las cosas animadas.» Fácil es reconocer, por estas indicaciones, que la doctrina del yoguismo puede considerarse como el antecedente histórico doctrinal de los misticismos paganos, y especialmente del alejandrino o neoplatónico, sin excluir las operaciones mágicas y las pretensiones teúrgicas tan preconizadas por Jámblico.

En el orden metafísico o especulativo, la escuela Yoga hállase caracterizada por una especie de panteísmo idealista que ofrece puntos de contacto y de analogía con el panteísmo neoplatónico y con el de Schelling. Para el yogui, o partidario del yoguismo, Dios es el ser único y absoluto que constituye la substancia y esencia de todas las cosas, sin ser ninguna de ellas, ni poseer atributo alguno determinado. No es ni materia, ni espíritu, ni vida, ni inanimado, ni pensamiento, ni inconsciente; es el ser puro, la abstracción del ser, la substancia o esencia sin ningún atributo, algo, en fin, parecido al Unum de los neoplatónicos de Alejandría y al Absoluto neutro e indiferente de Schelling, y también, hasta cierto punto, a la Idea pura y abstracta de Hegel.

D) La cuarta y la más extendida tal vez de las escuelas filosóficas de la India, es la que lleva el nombre de Samkhya, cuyo autor, Kapila, puede ser considerado como el padre de los sistemas y teorías sensualistas, materialistas y ateístas que vienen sucediéndose en la historia de la Filosofía. Según Kapila, escribe Cousin, en pos de Golebrooke y Burnouf, «hay dos medios de conocer. El primero es la sensación o percepción de los objetos externos; el segundo es la inducción, el procedimiento que conduce de una cosa a otra, del efecto a la causa, o de la causa al efecto…. El primer principio de las cosas, del cual se derivan todos los demás principios, es pracriti ó moula pracriti, la naturaleza, la materia eterna, sin formas, sin partes, la causa material universal, que se saca por inducción de sus efectos, que produce y no es producida». En estos términos se expresa Golebrooke…. El segundo principio es boudhi, la inteligencia, «la primera producción de la naturaleza, producción que, a su vez, produce otros principios». Luego el primer principio no era la inteligencia; la inteligencia ocupa el segundo, «procede de la materia, y es obra de ésta».

En relación con esta cosmología esencialmente materialista, el fundador de la escuela Samkhya enseña que el alma es el resultado atómico de la combinación de otros principios anteriores, que reside en el cerebro y que «se extiende debajo del cráneo, a la manera de una llama que se eleva sobre la mecha». Colebrooke añade que algunos partidarios de la escuela Samkhya niegan explícitamente toda distinción entre el alma y el cuerpo. En todo caso, es cierto que para dicha escuela el alma y el pensamiento son el resultado de la combinación de otros elementos o principios de las cosas, y que desaparecen con la muerte o disolución del cuerpo.

Finalmente, Kapila, que, si no se distingue por la verdad y nobleza de sus doctrinas, suele ser lógico en sus deducciones y aplicaciones, niega la existencia de Dios y hace profesión de ateismo. Ni hace al caso en contra, que nos hable de la inteligencia como de uno de los principios de las cosas; porque ya hemos visto que esta inteligencia no es el primer principio, ni es siquiera espiritual, puesto que procede de la pracriti o naturaleza material. Por otra parte, esta inteligencia mal podrá ser Dios, en concepto de Kapila, cuando éste enseña terminantemente que es finita, que es contemporánea de los demás cuerpos, y que se desarrolla y perecerá con el mundo de que forma parte.

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(1) Palabras del Rig-Veda, según Colebrooke.

(2) Excusado parece llamar la atención sobre la analogía y afinidad de este pasaje con las palabras del Génesis: Spiritus Dei ferebatur super aquas, afinidad que indica o descubre el origen común primitivo de las dos concepciones cosmogónicas bajo este punto de vista.

(3) «El universo, se dice en el libro de Manú, descansa en el Alma suprema: esta alma produce la serie de los actos que se realizan en los seres animados.» En el Bhagavat-gita se dice en la persona de Krichna: «Yo he existido siempre, lo mismo que tú, y lo mismo que todo lo que existe: yo soy todo lo que existe, y fuera de mí no hay más que ilusión.»
     Finalmente: en un pasaje del Yadjur-Veda, se enseña terminantemente que aquel conoce la verdad, que sabe y afirma que todos los seres son esta Alma universal, y sobre todo aquel que descubre y afirma la identidad de las cosas

Historia de la filosofía (concepto, materia, forma, importancia, utilidad…)                                    Budhismo

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