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Torre de Babel Ediciones

Wittgenstein – Filosofía Contemporánea – Hecho

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Ludwig Wittgenstein

(1889 – 1951)

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA – VOCABULARIO FILOSÓFICO

WITTGENSTEIN

EjerciciosResumen mínimo de su pensamiento

Conceptos fundamentales explicados

Hecho

Para Wittgenstein, «lo que acaece», todo lo que se da en el tiempo. El mundo está  compuesto de hechos y a ellos se refiere el único conocimiento que tiene sentido (la totalidad de la ciencia natural).

Este concepto es muy importante en la filosofía de Wittgenstein y en todo el movimiento neopositivista. Por desgracia Wittgenstein no describe con claridad qué de­bemos entender por hecho. En el «Tractatus» distingue entre Tatsache (hecho) y Sachverhalt (estados de cosas); la traducción más habitual de «Tatsache» es «hecho»; «Sachverhalt» se ha traducido al inglés como «atomic fact», aunque también como «state of affairs» y «state of things», y en castellano como «hecho atómico» y también como «estado de cosas».

El mundo es el conjunto de los acontecimientos, de los hechos, y, en último término, de los estados de cosas existentes. Los estados de cosas constan de cosas, son relaciones entre cosas. Los estados de cosas se describen mediante proposiciones atómicas y los hechos mediante proposiciones moleculares o complejas. Wittgenstein no pone ningún ejemplo de proposición atómica, ni de hecho atómico, ni de objeto, por lo que resulta imposible saber con exactitud a qué se estaba refiriendo. Se han dado distintas interpretaciones de lo que Wittgenstein podría entender por objeto;  en lo que sigue preferimos la más sencilla (avalada además por algunas sugerencias que presenta en su «Diario filosófico»). Según esta interpretación, podemos identificar los objetos con las cosas de la vida cotidiana: un objeto es una botella, un árbol, una persona, un libro; un nombre es todo aquello que se refiere a entidades individuales: un nombre propio o un nombre común cualificado con una(s) palabra(s) que determinen o concreten su referente («Sócrates», «este libro», «el libro amarillo»…). De este modo la descripción de Wittgenstein quedaría así:

1. El mundo es la totalidad de los hechos; un hecho sería, por ejemplo, el estar colocados encima de mi mesa un libro, una pipa y un cenicero, y la proposición compleja o molecular que lo describe, «encima de mi mesa hay un libro, una pipa y un cenicero»;

2. los hechos constan de estados de cosas o hechos atómicos; un hecho atómico podría ser el estar la pipa en el cenicero, y la proposición elemental o atómica correspondiente, «la pipa está en el cenicero»;

3. los estados de cosas o hechos atómicos constan de cosas y de relaciones entre ellas. En el caso anterior las cosas u objetos son la pipa y el cenicero y la relación el estar uno en el otro.

Sea cual sea la interpretación que hagamos de los componentes de los hechos, las características básicas que Wittgenstein  y el positivismo lógico atribuyen a los hechos son fieles a las tesis de Hume y se pueden resumir en los siguientes puntos:

  • Se ofrecen a los sentidos, a la percepción. Wittgenstein y el movimiento neopositivista consideró que los hechos de los que no cabe ninguna duda son los que se ofrecen a los sentidos (el estar la botella encima de la mesa) o se pueden ofrecer a los sentidos (la existencia de montañas en la cara oculta de la luna); sin embargo no está clara su posición respecto de hechos a los que se refiere la ciencia pero de los que no es fácil postular que alguna vez se puedan percibir, por ejemplo los hechos que supuestamente ocurren en el nivel subatómico. Para algunos neopositivistas tales hechos ocurren, y sabemos que ocurren porque tienen efectos observables, para otros en realidad esos hechos no existen y son meros constructos hipotéticos que facilitan la creación de teorías científicas que permiten el dominio técnico de la realidad; de cualquier modo, todo el movimiento neopositivista parece aceptar la primacía de la percepción a la hora de decidir la existencia de un hecho (esto es precisamente lo que quiere destacar el criterio de verificabilidad, y uno de los rasgos principales que hacen del neopositivismo una forma de empirismo). Por esta razón, el neopositivismo tiende a negar la existencia de hechos mentales y a defender una interpretación de lo mental que reduzca los estados mentales a disposiciones conductuales o a conductas observables.
  • Los estudia la ciencia. «La totalidad de las proposiciones verdaderas es la ciencia natural total (o la totalidad de las ciencias naturales)» («Tractatus», 4.11); la filo­sofía, la religión, el arte, la ética podrán tener efectos emotivos sobre las personas, pero no pueden decir nada con sentido acerca de los hechos; sólo la ciencia natural nos ofrece descripciones verdaderas de la realidad.
  • Se dan en el tiempo. «El mundo es todo lo que acaece» («Tractatus», 1); que se de un hecho en el tiempo quiere decir que le convienen las categorías de la temporalidad: el antes, el ahora y el después, y con ello el poder cambiar, el hacerse presente en el tiempo, el mantenerse en el tiempo y el poder dejar de darse; desde este punto de vista quedan fuera del mundo entidades metafísicas del tipo de las Ideas platónicas, o espirituales como Dios.
  • Son contingentes. Los hechos son así pero pueden ser de otro modo; el poder ser de otro modo quiere decir que no hay una necesidad lógica que haga que un hecho deba ocurrir o que tenga que ocurrir como ocurre. Dado que para Wittgenstein la única necesidad es la necesidad lógica, que un hecho no sea necesario quiere decir que es absolutamente gratuito: no existe la necesidad física, todo es puro azar. A un hecho le sigue otro, junto a un hecho está presente otro, pero no hay vínculo lógico ninguno que los una: tras el hecho de pulsar la tecla «a» aparece en la pantalla del ordenador la letra a, pero es imposible deducir de la proposición «pulso la tecla a» la proposición «en la pantalla aparece la letra a».  Esto quiere decir que en el mundo no existen vínculos causales, solo hay meras sucesiones de hechos: «La fe en el nexo causal es la superstición.»Tractatus», 5.1361). En este punto, Wittgenstein es totalmente fiel a la crítica de Hume al concepto tradicional de causalidad, aunque, dado su deliberado interés por prescindir de toda cuestión psicológica, en el «Tractatus» no encontramos ninguna explicación relativa a cómo se forma en nosotros la creencia en los vínculos causales, cuestión a la que sin embargo Hume dedicó mucha atención.

Ver realidad.

Edición en papel:
Historia de la Filosofía. Volumen 3: Filosofía Contemporánea.
Javier Echegoyen Olleta. Editorial Edinumen.
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